2- Adecue la cantidad de luz a sus necesidades. Si hay que iluminar toda una habitación, utilice varios puntos de luz en lugar de uno solo.
3- En habitaciones con muchos puntos de luz, es recomendable instalar varios interruptores para iluminar solo las zonas que se precisen.
4- Reemplace los bombillos incandescentes por los de bajo consumo en aquellas áreas de su hogar que permanecen iluminadas por más tiempo. Si bien son más caros que los tradicionales, su eficiencia lumínica y duración son superiores: con sólo 11 vatios iluminan lo mismo que una incandescente de 60 vatios. Su vida media útil es de unas 8.000 a 12.000 horas frente a poco más de 1.000 de un bombillo convencional.
5- Evite las lámparas de araña con multitud de bombillos. En su lugar, prefiera plafones claros y transparentes.
6- Si está trabajando en el escritorio es mejor utilizar una lámpara de mesa; iluminar toda la habitación supone un gasto innecesario.
7- Mantenga limpias las pantallas de las lámparas y los bombillos a fin de evitar pérdida de luz.
8- Si tiene bombillos incandescentes, siempre apague la luz al salir de la habitación y ahorrará un gasto energético innecesario.
9- Los tubos fluorescentes y los bombillos ahorradores consumen más energía al momento de encenderlos que los tradicionales. Por lo tanto, apague la luz sólo si no va a regresar a la habitación en los próximos 20 minutos. En caso contrario, déjela encendida: ahorrará energía y prolongará la duración de sus bombillos.
10- Incorpore iluminación con leds en sitios donde la luz se utiliza como elemento de decoración o para crear un ambiente determinado. Los leds tienen un consumo mínimo: un led de solo 1 W puede iluminar perfectamente una planta u otro elemeto decorativo.
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